El dinero ha muerto (parteIII)

>> viernes, 4 de diciembre de 2009


“No es una buena medida de salud estar bien adaptados a una sociedad profundamente enferma” (J. Krishnamurti)

El dinero se ha convertido en una herramienta paralizante que impide la evolución humana. El ser humano en este caminar a través de la evolución va adquiriendo mayores estados de consciencia. Nuestro amor y compasión va creciendo y ahora empezamos a ver a todos los seres humanos del planeta como nuestros hermanos. Ya no es una intuición o un conocimiento científico basado en fríos datos estadísticos. Somos muchos los que sentimos a ese niño famélico llorar dentro de nosotros. Muchos lloramos porque somos ese niño.

En el planeta cada año mueren 500.000 mujeres durante el parto y 2 millones de niños recién nacidos, el 90% de estos casos se encuentran en los países pobres.

En los países en desarrollo viven 1300 millones de personas por debajo de la línea de pobreza, más de 100 millones de personas viven en estas condiciones en los países industrializados, y 120 millones en Europa Oriental y Asia Central.

Las disparidades de la pobreza, realmente alcanzan cifras alarmantes; Asia Meridional concentra la mayor cantidad de población que subsiste con 1 dólar, es decir 515 millones de personas. Seguida por Asia Oriental y Suroriental y el Pacífico donde 446 millones de gentes viven en estas condiciones. 219 millones en África al Sur del Sahara. Y 11 millones en los Estados Árabes. En América Latina y el Caribe 110 millones de personas viven con 2 dólares diarios. En Europa Oriental y en los países de Asia Central 120 millones de personas viven con 4 dólares al día. (Ronaldo Cordera Campos)

Esto significa que más de ¼ parte de la población en las regiones en desarrollo y ¡1/3 de la población mundial! viven en condiciones de pobreza con ingresos diarios de ¡1 dólar por persona!

Las naciones se resisten. Los coletazos seguirán por un tiempo, y depende de nuestra cordura alargar o acortar tal agonía. Las reuniones del G20, la última de Barcelona sobre el cambio climático y otras negociaciones de orden mundial están siendo un fracaso. Se empieza a ver el sálvese quién pueda. Seguimos como estábamos y lo peor de todo; seguimos utilizando el telescopio de Galileo para ver el universo. El dinero como herramienta para distribuir y mejorar el nivel medio de vida de los seres humanos ha sido y es un fracaso.

Para reflexionar: la Tierra tiene recursos abundantes y nuestra práctica de racionar los recursos por medio del uso del dinero, es un método obsoleto que causa mucho sufrimiento. No es dinero lo que se necesita, sino un manejo inteligente de los recursos de la Tierra para beneficio de todos. (Jaque Fresco)

Ahora con la crisis que padecemos se muestra de forma evidente cómo es el dinero y no los recursos lo que falta y falla para una mejor distribución de la riqueza. Cualquiera que vaya por el campo verá que todo sigue igual. Los árboles frutales siguen creciendo, el agua de los ríos es la misma, la lluvia, los minerales, la energía. ¡Curiosamente el sol sale todos los días…! Todo sigue igual pese al dinero. Pero llevamos el paradigma monetario en las venas, incapaces de ver el mundo sin tan feo filtro. Y claro, no somos capaces de ver más allá. De ver lo evidente.

En España hay más de 3,500.000 viviendas vacías más 1.000.000 de viviendas nuevas sin vender. Coches hay un stock increíble, acero, plástico, aluminio, maderas, gomas…etc. Las empresas quiebran porque no dan salida a sus productos. Pero lo que importa que son los recursos, están ahí. Lo que no hay es dinero. Justo lo único que no es real. Pero como no hay dinero no se pueden comprar. O sea, recursos hay, para todos, de sobras y sin tener que pasar hambre ni falta de comodidades. La naturaleza nos da todo lo que queramos si la tratamos con mimo.

Mucha gente cree que la codicia es parte de la naturaleza humana. La codicia forma parte de la familia de la envidia, que por cierto, no se halla en la lista de las emociones básicas esenciales para la supervivencia. Es una artificialidad debida a que las personas han convivido por siglos con la escasez o la amenaza de escasez. Estos patrones han estado con nosotros por siglos, por lo que mucha gente piensa que son parte de la naturaleza humana y no pueden ser modificados. En un ambiente de abundancia y seguridad emocional, la mayoría de patrones negativos no seguirían prevaleciendo.

Todos los conflictos del mundo se ven directa o indirectamente relacionados con la falta de recursos. Hasta los problemas mentales (en su mayoría) son consecuencia de éstos. Si acabáramos con la pobreza, solucionaríamos de raíz la mayoría de violencia y guerras del planeta. Las cárceles se quedarían vacías. Sólo graves enfermedades mentales de nacimiento serían causa de violencia; pero todos nuestros esfuerzos y recursos podrían estar enfocados a combatirlos.

El dinero frena la cooperación entre empresas, científicos, universidades y personas. Todos quieren la patente de marras, el lucro, la fama. Imaginaros a los mejores científicos del mundo trabajando conjuntamente, intercambiando ideas y técnicas sólo por el simple hecho de mejorar el planeta. ¡Un ejército de personas encaminadas a mejorar la vida de todos! Enfocados en crear. ¿Cómo se puede educar a un niño de 18 años para que mate, para que destruya? ¡¿Hay alguien ahí…?!

Por eso las grandes corporaciones prefieren ir por libre, ser los primeros en una nueva patente y lucrarse hasta las cejas.

Así que la máxima de nuestro sistema se basa en la competencia, el canibalismo creativo y los codazos haber quién llega el primero. Todo cultural. Se enseña en nuestras escuelas, desde primaria hasta la universidad. ¡Este virus llega a todas las capas de la sociedad! Los individuos compiten, los trabajadores compiten, los directivos, ejecutivos, las organizaciones, los políticos, los estados, los gobiernos, ¡todo está patas arriba! Una gran y esquizofrénica anarquía.

Uno de los éxitos de la educación finlandesa se basa en la cooperación. Los alumnos más rezagados son ayudados por los más adelantados. Y no dejan que nadie se quede en el camino. Además de enfocarse en las individualidades y capacidades innatas de cada alumno-aunque en este sentido todavía hay mucho camino que recorrer-.

Las empresas de capital riesgo, los Hedge Funds, la banca de inversión o los inversores privados, apuestan por empresas que les aporten un mayor nivel de ganancias a corto y medio plazo. Sin duda serán reticentes a la hora de apostar por una organización que sacrifique parte de sus ganancias en el bien del medio ambiente, la calidad de vida de sus empleados -por ejemplo facilitándoles planes de pensiones, guarderías, o mayores remuneraciones- o el bien general de su entorno.

Si fuéramos capaces de cooperar y aplicar el método científico, nos daríamos cuenta que hay recursos para todos. Utilizando de forma inteligente la tecnología, los recursos y el personal técnico adecuado. Serían decisiones basadas en estudios científicos y no en la simple e ilógica ley del dinero y en los intereses de cuatro estados y personas.

En la mayoría de los casos, el cambio amenaza a aquellos que ocupan una posición aventajada, de ahí, que la mayor parte ellos sean los primeros en estar a favor de mantener las cosas tal cual están. Esto resulta cierto para cualquier sociedad, sin importar si la estructura de poder sea religiosa, militar, socialista, capitalista, comunista, fascista o tribal. Los líderes siempre intentarán detener los cambios. (Jaque Fresco)

Nacho Rivera

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