Fabricar dinero

>> martes, 26 de mayo de 2009

Os dejo un excelente artículo de Jose Antonio Vizner que encaja perfectamente con la filosofía de este blog, en la que lo sencillo es bello; si no es entendible mejor no leerlo. Y es difícil; todos pecan de un ego inflacionario

Espero os guste:

La máquina de hacer dinero puesta a funcionar

Estamos de acuerdo. Ya sólo quedaba una salida: hacer dinero. Si el dinero no sale de los bolsillos, pongámoslo en la calle de manera artificial. Esto no es nuevo y por supuesto tiene multitud de aspectos negativos, pero dicen los analistas que es la última puerta que se puede abrir. ¿Y ahora qué?

Imagine que se estamos en una economía con 2 consumidores, un banco central y un gobierno. Un consumidor presta su dinero al banco para que éste haga negocio prestándoselo al otro consumidor. A su vez, el banco toma un riesgo. De repente el consumidor le pone pegas para devolver, pero le va devolviendo, eso sí, poco a poco.
El banco como medida de precaución le dice que no le vuelve a prestar. El consumidor endeudado asume que a partir de ahora sólo le queda ahorrar para devolver sus deudas, por lo que nada de consumir. El otro consumidor ve las barbas de su vecino... y deja de consumir, salvo lo necesario.

El banco se queda sin negocio y con la necesidad de tener el dinero que le dejó el consumidor al que le sobra el dinero, por lo que tiene menos ganas todavía de prestar dinero.

Estamos en un ko técnico para la economía capitalista. Nadie mueve la economía y está se hace pocha. ¿Cómo la movemos? El Gobierno puede poner dinero en el mercado. Hacer dinero, poner a funcionar la máquina del dinero. Le dice al banco toma dinero. Pídeme lo que necesites. El banco primero cubrirá sus riesgos y luego volverá a hacer negocio con el dinero artificial que le han puesto en las manos.

Primera consecuencia. Se vuelve a consumir. Pero en el mercado está ahora el dinero de antes, más el creado artificialmente. Se genera de inmediato un efecto riqueza que lleva a que tengamos inflación de inmediato. A la gente no le cuesta el dinero, pues “lo tira”. El consumidor endeudado pedirá dinero y gastará y moverá la economía.
Qué bonito verdad! Pues no. ¿Y si está en el paro? Qué más le da el dinero ese que se ha creado, sus incertidumbres serán máximas. ¿Consumirá? Quizá sí, por la irracionalidad de algunos consumidores. Y pondrá más en peligro su situación financiera con casi total seguridad. Pero el banco volverá a mover dinero y el sistema en el que estamos se volverá a engrasar.

¿Y con esto se soluciona todo? No. Hay países que han padecido hiperinflación tras esto. Como poco. Pero es la única puerta que nos queda por abrir.

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